Qué es la tasa de rebote en Google Analytics
La tasa de rebote es el porcentaje de usuarios que ven una sola página de nuestra web y luego salen sin visitar ninguna otra. Este dato es uno de los más consultados de la herramienta, puesto que nos da una idea de cómo funciona en un primer impacto visual nuestra página web. Ya que el usuario decide en pocos segundos si se va a quedar, o nos va a abandonar sin piedad.
Es fascinante cómo tomamos esta decisión, ¡en décimas de segundos!. De forma casi inconsciente, valoramos para ello el diseño (colores, tipografía, grafismos…),la usabilidad, velocidad de carga, etc..
¿Siempre es negativo tener una tasa de rebote alta?
Depende. Hay webs que tienen varios productos o servicios, pero en una misma página, o por ejemplo un blog… En estos casos, la tasa de rebote no es un indicador negativo.
En cualquier caso, la información siempre es poder. Si tienes una web con varias páginas, debemos ver este dato como un aliado que nos indica, o bien que vamos por buen camino, o bien que nuestra web necesita una renovación.
5 tips para reducir la tasa de rebote de tu web
Como hemos comentado antes, una alta tasa de rebote nos indica que algo no va bien con nuestra página web. Debemos hacer una revisión de qué aspectos pueden estar fallando para mejorarlos cuanto antes.
En cualquier caso, los porcentajes medios de tasa de rebote varían de unos sectores a otros. Por ejemplo, según el 2021 Digital Experience Benchmark, la tasa de rebote media en Viajes es del 43%, sin embargo, el de B2B es del 75%.
Aquí mencionamos algunos aspectos que pueden influir para que la tasa de rebote sea especialmente alta:
- Velocidad de carga: Puedes entrar en este enlace, para consultar cómo considera Google que es la velocidad de carga de tu web. Con este indicador, podrás tomar las medidas oportunas para reducir la velocidad de carga de tu sitio.
- Diseño de la home: Las webs han de tener un diseño atractivo, que se adapte a las necesidades de nuestro target.
- Usabilidad: La navegación tiene que ser sencilla e intuitiva. Si alguien tiene que buscar mucho para encontrar un menú, no lo hará.
- Ojo con los pop-ups: ¿Qué estamos, en los 90? Es un recurso que hay que usar con mucho, pero mucho, cuidado. Si al meterte en una página web, te sale la ventana de cookies, luego un anuncio, luego un ¡suscríbete al boletín!, etc. Los usuarios saldrán volando.
- Target: Debemos pensar nuestra web en función de los gustos y necesidades de nuestro público objetivo. Los diseños que no se corresponden con lo que el usuario espera ver, hace que no se queden porque dan por hecho que ahí no encontrarán lo que buscan. Imagínate una web de juguetes en tonos negros y grises… ¡No!