Correr antes de aprender a andar. Un error muy común por parte de las empresas es comenzar a operar sin haberse parado a definir su branding, es decir, sin haber creado a conciencia su identidad de marca. Aún aquellas compañías que están obteniendo buenos resultados, si no te has molestado en trabajar tu branding estás, en cierta forma, dando palos de ciego. Elegir bien nuestra marca, logo y leads ayuda a mejorar el rendimiento de nuestra empresa. Trabajar en el branding puede suponer una mejora de su reputación, llegar a públicos que no están llegando o simplemente vender más. En un momento como el actual, donde la competencia es feroz y hay grandes players, es esencial diferenciarse de la competencia. Crear una marca reconocida y deseada por el consumidor no es una opción, es una necesidad.
Posicionando, que es gerundio. No importa si tu marca es grande y tiene muchos años de trayectoria o si es una recién llegada, hacer un análisis de tu posicionamiento y el de tu competencia debe plantearse como un trabajo obligatorio cada seis meses, como máximo. Ni que decir tiene que es fundamental antes de lanzar una campaña de marketing para saber exactamente de qué métricas partimos y poder identificar nuestros KPIs. Por eso, en Adiria siempre que empezamos a trabajar con un cliente comenzamos por hacer un estudio exhaustivo de la marca y su branding.
Cómo hacer un buen análisis pre-branding
A la hora de trabajar en el branding para una nueva marca es importante mantener una metodología de análisis. Veamos las claves de un buen análisis pre-branding:
- Sector. Investiga la situación actual del mismo a nivel general: volumen de negocio, ventas y exportaciones, leyes nacionales y europeas que le regulan, etc. Se trata de identificar oportunidades, reconocer problemáticas y establecer, si se puede, previsiones de futuro.
- Competencia. Es necesario conocer el posicionamiento y tono comunicativo de los competidores, tanto los directos como indirectos. Este punto es fundamental para crear un posicionamiento diferenciador.
- Target. No se trata solo de saber quién es tu cliente actual, se trata de identificar el público potencial que no estamos alcanzando. Tan importante es saber quién y por qué te elige como saber por qué te rechazan, ya que eso nos da la oportunidad de arreglar errores que nos permitan alcanzar nuevos usuarios.
- Objetivos de marketing. Es importantísimo crear una estrategia de marca alineada con los objetivos de marketing. Ahora bien, no se debe confundir estrategia de marca con estrategia de marketing. El branding es la base para construir una marca sólida y duradera, pero no tiene porqué arrojar resultados en términos de performance.
- Análisis corporativo. Es fundamental analizar qué ventajas tiene tu compañía frente a la competencia y convertirlas en tus USP (Unique Selling Points). También es clave ser consciente de tus debilidades, así como de las amenazas del mercado. Estos datos, unidos al análisis anterior, darán lugar a los mensajes clave que deben ser la esencia de tu marca.
Sólo una vez hayamos hecho este trabajo previo podemos lanzarnos a crear el nombre, el logo, la identidad corporativa, el estilo de comunicación o las campañas de marketing o comunicación. Por supuesto, este trabajo debe revisarse periódicamente, prestando mucha atención a la coherencia entre lo que comunicamos sobre nuestra marca y la percepción que nuestro público objetivo tiene de ella.
Si crees que necesitas ayuda con tu branding, o bien quieres realizar una asesoría externa para conocer la situación real de tu marca, no dudes en contactar con nosotras.