Imagina que entras en YouTube, estás haciendo scroll entre los últimos vídeos destacados y, de repente, ves que ese youtuber que te encantaba y del que no sabías nada desde hace tiempo, ha subido un nuevo vídeo, un vídeo que esperabas como agua de mayo. Entras con toda la ilusión, el contenido parece que tiene muy buena pinta y, sin esperarlo, a mitad del visionado descubres que todo gira en torno a la promoción de un producto. ¿Cómo puede ser? Lo que menos te apetecía era tragarte un anuncio. No había ningún tipo de advertencia y te sientes engañado. Le das a pause y das de baja tu suscripción.
Lo peor que podemos hacer es engañar al consumidor. En este sentido, dentro del marketing digital existían varias lagunas legales que permitían la publicidad encubierta. Al ser un nicho relativamente nuevo, no había una regulación que sí que existía en los medios tradicionales. Por eso, desde el 1 de enero de este año, se está poniendo en práctica un nuevo código para influencers, impulsado por la Asociación para la Autorregulación de la Comunicación Comercial, AUTOCONTROL, y la Asociación Española de Anunciantes, AEA.
Cómo trabajamos a partir de ahora
Cada vez son más las marcas e influencers que contratan los servicios de una agencia de publicidad y marketing para el asesoramiento en estos nuevos conceptos legales. Y es que, a medida que este negocio publicitario va creciendo, también se va profesionalizando, por lo tanto adquiere dimensiones más complejas a nivel legislativo. Pero, ¿qué tenemos que hacer a partir de ahora?
- Identificar el contenido publicitario. Dentro del código, se entiende como publicidad todas las publicaciones que incluyan: la promoción de productos o servicios, colaboraciones que impliquen una contraprestación, ya sea económica o en especies, o el control editorial por parte del anunciante en el contenido.
- Señalar la publicidad. Es una forma de proteger al consumidor a través de una mención explícita en aquellos contenidos que sean publicitarios. Su señalización dependerá de la red social que utilicemos. Podemos mencionarlo a viva voz o en la descripción del contenido mediante etiquetas como: #Add #MiniAdd o Colaboración con…
- Entender nuestras obligaciones. No siempre estaremos obligados a mencionar el contenido publicitario de una marca. Si no existe contraprestación y su divulgación es por iniciativa propia, no se considerará publicidad encubierta. Por lo tanto, el influencer podrá seguir opinando de lo que quiera.
Beneficios del código
- Profesionalización. El objetivo es ofrecer un contenido de calidad. Con el nuevo código nace la oportunidad para generar responsabilidad e identificación entre influencers y marcas, facilitando que la creación de contenido sea más espontánea y orgánica.
- Control del intrusismo. El marketing digital también es una moda y mucha gente quiere subirse al carro. Muchas marcas se muestran recelosas a la hora de contratar a influencers porque no es la primera vez que les engañan con una bolsa de seguidores falsa. El nuevo código servirá para poner orden en esta área.
- Nuevas estrategias. Las empresas comenzarán a fijarse en personas, o en propios trabajadores, que tengan un compromiso con la marca y relación con el cliente final. De esta forma, se crean nuevas escalas de personas influyentes que dan lugar al nacimiento de nano y microinfluencers. No se dirigen a un público masivo, pero son capaces de generar leads de calidad.